martes, 31 de agosto de 2010

El agua cálida propicia malformaciones óseas en el salmón cultivado

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Un grupo de científicos descubrió que los juveniles de salmón expuestos a temperaturas mayores a 16° C pueden desarrollar deformidades esqueléticas. Los resultados de sus investigaciones fueron publicados recientemente en la revista BMC (BioMed Central) Physiology.


El estudio forma parte de un proyecto financiado por la Unión Europea (UE), titulado "Reducción de Malformaciones en Especies de Peces Cultivados (FINE FISH)". Se invirtieron EUR 3,02 millones en esta iniciativa, como parte de las actividades del Sexto Programa Marco (FP6) para las pequeñas y medianas empresas (Pyme).



 La temperatura del agua en que se cría el salmón
 tiene relación directa con la aparición de deformidades
óseas y cartilaginosas. (Foto: Terje Engoe)

Los trastornos vertebrales pueden afectar seriamente a los peces cultivados con relativa frecuencia y
representan un desafío para la salud y la productividad de la industria acuícola. Aún no se tiene demasiada información sobre los mecanismos moleculares subyacentes involucrados en las deformidades óseas de los peces cultivados para ayudar a tratar el problema.

El equipo de científicos que participó en el estudio, integrado por cuatro chilenos y noruegos, quiso ampliar este conocimiento de base para examinar el metabolismo óseo y la patogénesis de las fusiones vertebrales en el salmón del Atlántico (Salmo salar), informa Research Headlines.

Los científicos criaron 400 juveniles de salmón en agua a 10°C y otros 400 salmones a 16 °C. Se sabe que los acuicultores suelen emplear aguas más cálidas para mejorar la tasa de crecimiento de los peces, por lo que se observaron los dos tanques, con las dos temperaturas, durante un tiempo para ver las diferencias provocadas por las temperaturas.

Cabe destacar que la producción ósea y cartilaginosa se interrumpió a temperaturas elevadas, tanto que se registró una tasa más altas de deformidades en el grupo criado a 16 °C. A pesar de que este grupo creció más rápido, el 28% mostró signos de deformidad esquelética, mientras que en el otro grupo, criado a 10 °C, se detectó el mismo síntoma en sólo el 8% de los peces.


“[Los resultados] indican sólidamente que el crecimiento inducido por el aumento de temperatura afecta seriamente la trascripción genética de los osteoblastos y las condrocitos de las células óseas, lo que modifica la estructura y la composición tisular”, explicó el doctor Harald Takle, coautor del estudio y miembro de la Universidad de Ciencias de la Vida de Noruega y AVS Chile.


Los hallazgos complementan el conocimiento práctico nuevo del proyecto FINE FISH sobre cómo disminuir la incidencia de malformaciones en las principales especies de peces utilizadas en la acuicultura en Europa y cómo aplicarlo en el campo profesional.


En el sitio de Internet del proyecto hay varias herramientas disponibles, como los manuales de diagnóstico FINE FISH para especies individuales – lubina y dorada, control industrial, bacalao, trucha y salmón– y material utilizado en cursos de capacitación.


La Federación Europea de Acuicultores (FEAP) estima que la UE cultiva 650.000 toneladas de pescado anualmente, frente a las 60.000 toneladas que cultivaba en 1970. Europa en total produce más de 1,6 millones de toneladas por año, y Noruega aporta cerca de 860.000 toneladas de salmón y trucha.

Fuente: http://fis.com/fis/worldnews/worldnews.asp?l=s&country=0&special=&monthyear=&day=&id=37971&ndb=1&df=0

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